miércoles, septiembre 15, 2010

El grito de Reflexión

Mucha ámpula se ha levantado en el tema del indignantemente ostentoso festejo del Bicentenario del inicio de la gesta de independencia. La indignación es precisamente la palabra en boga por esta situación. Una cosa es indignarse y otra no tener nada que celebrar… ¿de verdad no tenemos nada que celebrar?

El año pasado nadie se quejó de la celebración por el 199 aniversario del grito de independencia, y hace 10 años tampoco nadie se quejó ni se dijo que no tenemos nada que celebrar ¿entonces? ¿¿que pedo?? ¿solo por cumplir 200 años no tenemos nada que festejar? o ¿es por ese grosero gasto de dinero para festejar en lugar de utilizarlo en cosas tan importantes como educación o ayuda a los damnificados por las inundaciones? Eso suena mas “coherente”, pero aun así ¿no tenemos nada que celebrar? No nos andemos con mamadas, la independencia se ha celebrado cada año, estemos mal o estemos de la chingada (creo que nunca hemos estado bien, yo al menos, no lo recuerdo), ¿por qué entonces de buenas a primeras ya no tenemos nada que celebrar? ¿se diría lo mismo si fuera el aniversario número 175 o 206? Creo que eso es nada mas hacernos los mártires a lo pendejo.

Estamos celebrando la historia (que con todo también está toda parchada y distorsionada por relatos de héroes mas que de personas), no nuestra absurda realidad presente. Nuestra amada Republica Mexicana ha pasado las de Caín desde la era precolombina y quizás ese sea el pretexto para encontrar un festejo hasta debajo de las piedras con tal de ponernos hasta la madre y pensar en la realidad, pero tanta risa nos va a matar. Yo creo que no se trata de celebrar o no, creo que mas bien se trata de REFLEXIONAR, mas que nuestra historia (que no se remite a 200 años (semejante mamada esa de “200 años de historia”), desde antes de que los hijos de Venancio nos vinieran a joder ya teníamos nuestra propia y muy rica historia indígena, nuestra verdadera raíz.) nuestro presente, nuestra actitud como mexicanos ante lo que nos está pasando.

Estamos en medio de una crisis provocada por nuestra propia indiferencia, por nuestras propias ansias de cerrar los ojos y tomarnos unas chelas. Somos un país tan apático que los diputados ya están buscando cambiar el nombre al país: de “Estado Unidos Mexicanos” a solamente “México”. ¡No mamen! no se les valla a acabar la tinta por escribir el largo nombre oficial de esta noblementependeja nación. ¿¿No hay cosas mas importantes en las cuales trabajar?? ¿Por qué dejamos que cosas tan estúpidas se coman el presupuesto de la nación? ¿Por qué permitimos que se combata un problema como el narcotráfico con muerte y sangre? ¿Por qué nos dejamos? ¿Qué hay que hacer para despertar?

En fin, esta noche nos valdrá madre (como siempre, finalmente es el País de no Pasa Nada), pero en nuestras manos está que no sea una aniversario mas.

Muera el mal gobieno

Viva México

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