miércoles, septiembre 22, 2010

25 años después de la tragedia

El domingo tenía hueva y
por eso no escribí... chale.

El domingo pasado como muchos lo saben y otros tantos lo ignoran, se conmemoraron 25 años de los terremotos de 1985. ¿Lugar común? pueque, si vives en Coyoacan, Interlomas, San Ángel, Lomas del Cerro del Chapulín, Polanco, la Nácoles, el Pedregal, en el mero Cerro de la Estrella, o mas allá de los confines de la "Ciudad de cagadas" probablemente te importe madres este texto, así que te invito a que visites la pagina de la glamorosa revista "¡Quién!" o te eches un clavadín en esmas.com, chance y ahí si encuentres lo que buscas...


...Bueno, si sigues aquí es bajo tu propio riesgo.




Me puedo calificar como un "traumado profesional" de los temblores, me aterran y me encantan. y cuando juntamos ese querido trauma con otra pasión como lo es ciudad chilangótica, pues tenemos un freaky.
El 19 de septiembre yo tenia apenas 5 años, el temblor me agarró (como decía Chicoché: ¿donde te agarro el temblor?) dormido, en los brazos de Morfeo, babeando la almohada... mi despertar fué abrupto, por no decir de chingadazo. Una tia me tiró del brazo para salir hechos la madre con sus otros 3 hijos; a esa edad poco o nada entiende uno de vicicitudes terrenales como un temblor, así que mis recuerdos del instante son escasos. Lo que recuerdo bien es el instante preciso del sismo del día siguiente, en la sala de un departamento de la colonia Pobrera (Obrera para los ajenos al caló chilango), sentado yo en el piso mientras mis tios y mi madre intercambiaban impresiones de la tragedia acaecida la mañana anterior cuando con la mirada inocente ví el candelabro moviéndose lugubremente sobre nuestras choyas. Salímos del inmueble cual rayo veloz, cual centella fugáz y a la voz de "puto el último" impulsados por el terror de que aquella vieja vecindad se viniera abajo. La visión en la calle (esa si la recuerdo) era como de "ghostbusters" en la escena cuando se abre la tierra y se traga a las patrullas y a nuestro amado cuarteto "neoyorkino" con el pavimento roto y las banquetas levantadas en medio de la penumbra.

Durante estos 25 años poco a poco he descubierto la verdadera magnitud de lo que significó ese fenomeno natural. Imagina que a alguien muy cercano un dia de repente y sin avisar le queman la cara y queda "desfigurado" ¿al verlo como te sentirías? Ahora magnifícalo a una ciudad completa que fue "desfigurada" por un evento que estamos condenados a seguir experimentando de aquí hasta que desaparescamos de la faz de la tierra... o hasta que decidan cambiar de sede la Ciudad de México... lo que ocurra primero.

Aunque el gobierno se empecinó en asegurar que solo hubo 7000 muertos, hay cifras mas coherentes que hablan de 35000 (se dice que tan solo entre los derrumbes del Hospital General y del Hospital juárez hubo 700 muertos), pero lo verdaderamente vergonzoso es que los culpables de la trajedia (que no fueron los sismos) sigan sin castigo. ¿quiénes son? ¿dónde están? La corrupcion tambien mata y la mayoria de inmuebles colapsados eran obras del gobierno federal, oficinas de gobierno, escuelas y hospitales. En investigaciones posteriores a los terremotos se hallaron vestigios de materiales de mala calidad en las cosntrucciones, deficiencias en los procesos de contruccion, varillas mal soldadas, cimientos de metro y medio para edificios de 9 pisos... los que tomaron esas deciciones hoy siguen tranquilos disfrutando de la libertad y de su dinero, no les importaron los miles de damnificados (que en su mayoría emigraron a las periferias de la ciudad o al interior de la república) y no les importará una futura tragedia.

¿Futura tragedia? ¿a poco va a volver a pasar?
¡ni diosito y la santisísima virgen purísima piadosísima y bondadosísima lo permitan!
Pero si, es un evento que inevitablemente volverá a ocurrir ¿cuando? sepalabola, puede empezar a temblar ahorita o puede pasar dentro de 100 años, es cuestión de tiempo.

El temblor de 1985 tuvo su epicentro en las costas de Michoacán, cerca de Lázaro Cárdenas. Más al sur, casi frente a Acapulco se encuentra la brecha de Guerrero, una zona que no ha presentado actividad tectónica importante en los últimos 100 años, por lo que se espera una liberación violenta de energía dentro de poco tiempo, lo que significaría un probable sismo de magnitud similar a la del ocurrido hace un cuarto de siglo.

La ciudad de México tiene todos los agravantes para que un fenomeno de la naturaleza como los sismos causen tragedias como aquel 19 de septiembre, por su ubicación, por su tipo de suelo, por su densidad de población y claro, por nuestro orgullo nacional: la corrupción. A todos estos ingredientes agregales un movimiento de 8 puntos en la escala de Richter y tendrás una catástrofe Al dente.

Sólo nos queda la prevención. Si sabes que hacer en caso de un sismo, no lo olvides, si no sabes, búscale... te servirá. Recordar estas fechas no es vivir en el pasado, es tener en mente que cualquier día puede volver a temblar como aquella mañana, en cualquier hora puede quebrarse nuestra realidad.

Este video (tomado a finales de 1985) muestra cómo quedó la ciudad despues de aquella fatidica jornada del 19 y 20 de septiembre de 1985.










miércoles, septiembre 15, 2010

El grito de Reflexión

Mucha ámpula se ha levantado en el tema del indignantemente ostentoso festejo del Bicentenario del inicio de la gesta de independencia. La indignación es precisamente la palabra en boga por esta situación. Una cosa es indignarse y otra no tener nada que celebrar… ¿de verdad no tenemos nada que celebrar?

El año pasado nadie se quejó de la celebración por el 199 aniversario del grito de independencia, y hace 10 años tampoco nadie se quejó ni se dijo que no tenemos nada que celebrar ¿entonces? ¿¿que pedo?? ¿solo por cumplir 200 años no tenemos nada que festejar? o ¿es por ese grosero gasto de dinero para festejar en lugar de utilizarlo en cosas tan importantes como educación o ayuda a los damnificados por las inundaciones? Eso suena mas “coherente”, pero aun así ¿no tenemos nada que celebrar? No nos andemos con mamadas, la independencia se ha celebrado cada año, estemos mal o estemos de la chingada (creo que nunca hemos estado bien, yo al menos, no lo recuerdo), ¿por qué entonces de buenas a primeras ya no tenemos nada que celebrar? ¿se diría lo mismo si fuera el aniversario número 175 o 206? Creo que eso es nada mas hacernos los mártires a lo pendejo.

Estamos celebrando la historia (que con todo también está toda parchada y distorsionada por relatos de héroes mas que de personas), no nuestra absurda realidad presente. Nuestra amada Republica Mexicana ha pasado las de Caín desde la era precolombina y quizás ese sea el pretexto para encontrar un festejo hasta debajo de las piedras con tal de ponernos hasta la madre y pensar en la realidad, pero tanta risa nos va a matar. Yo creo que no se trata de celebrar o no, creo que mas bien se trata de REFLEXIONAR, mas que nuestra historia (que no se remite a 200 años (semejante mamada esa de “200 años de historia”), desde antes de que los hijos de Venancio nos vinieran a joder ya teníamos nuestra propia y muy rica historia indígena, nuestra verdadera raíz.) nuestro presente, nuestra actitud como mexicanos ante lo que nos está pasando.

Estamos en medio de una crisis provocada por nuestra propia indiferencia, por nuestras propias ansias de cerrar los ojos y tomarnos unas chelas. Somos un país tan apático que los diputados ya están buscando cambiar el nombre al país: de “Estado Unidos Mexicanos” a solamente “México”. ¡No mamen! no se les valla a acabar la tinta por escribir el largo nombre oficial de esta noblementependeja nación. ¿¿No hay cosas mas importantes en las cuales trabajar?? ¿Por qué dejamos que cosas tan estúpidas se coman el presupuesto de la nación? ¿Por qué permitimos que se combata un problema como el narcotráfico con muerte y sangre? ¿Por qué nos dejamos? ¿Qué hay que hacer para despertar?

En fin, esta noche nos valdrá madre (como siempre, finalmente es el País de no Pasa Nada), pero en nuestras manos está que no sea una aniversario mas.

Muera el mal gobieno

Viva México

lunes, septiembre 06, 2010

Celebremos México, 200 años partiéndonos la madre... entre nosotros.


La neta, la neta...
ya chole ¿no?

desde que empezó el 2010
nos han metido hasta el tuetano la
"importancia" de festejar nuestros
doscientos
años de "libertad".

...Y lo que tambien ya está muy gastado es la cantidad de blogs, canciones, columnas y demás gritos de anti festejo por nuestro fraudulento Bicentenario. Y la neta ya estuvo, ya analizamos hasta el cansancio total el festejo, que si es estúpido festejar en medio de la locura violenta que vivimos, que si sabemos lo que festejamos, que si el Cura Hidalgo solo buscaba mas derechos para los criollos, que si la invasíon a Epaña por parte de Napoleon Bonaparte ayudó a nuestra Independencia... eso ya, ya estuvo.

¿no?

La neta yo si voy a festejar... un pozolito con su respectivo tequila y hartos mariachis y "vivas" con muchos fuegos artificiales... total, el que festeje o no, poco va a influir en que este nuestro heroicamente humillado país cambie su rumbo kamikaze.

El problema de México no es Calderón y su insufriblemente heróica guerra contra el Narco, el problema del país no es Peña-Nieto y el grupo Atlacomulco que ya pactaron la entrada del dinosaurio encabezado por el Copete que "gobierna" (el Establo de México) a los Pinos en 2012, la culpa no es de ellos ni de Carlos Slim y el nuevo y carísimo iPhone de Apple y de Telcel, que ni sirve bien pero muchos ya lo farolean (si, yo lo farolearé cuando saquen una versión que sí sirva...), ni de Servitjé y sus donitas cancerígenas espolvoreadas con rica coca glass, la culpa no la tienen Azcárraga ni el duopolio televisivo, ni el "orejotas" Salinas, ni la Barbie ni toda esa bonita familia... la culpa es nuestra... sigo convencido, somos 80 millones de prietitos acomplejados violados diariamente por estos hijosdeputamadre que, mal pedo, se divierten de lo lindo viendo como nos peleamos por pendejadas (dícese de situaciones que carecen de importancia relevante como por ejemplo la comprobada ineficacia del Bofo en el ataque del sobrevaluado TRI, la mediocridad de nuestro deporte nacionalmente mediocre, la supercomposición titulada "Shalalá" y la madura reacción de el niño Alejandro "Sintec" lados, en fin, situaciones como esas que a diario nos distraen de lo realmente importante.) en la comodidad de su sala con televisores de plasma, un masajito en los güevitos y un coñaquito servido por una pobre indígena despojada de su cultura para entrarle al fashion Interlomesco de las chachas uniformadas...
Nuestra indentidad ya valió madres desde hace más de 200 años, lo único que permea desde la prehistoria hispánica hasta nuestros días es esa monstruosa incapacidad patológica para unirnos en pro de un bien común.

Y yo por k chingaos boi a ayudar a mi vesino? que se lo yebe la chingada! alfin ke a mi ké, entre menos burros mas olotes...

¡Viva México!


Shalalalá... el futuro es milenario... quezque.

miércoles, agosto 11, 2010

El límite del fin del mundo. parte III


III

El despertar fue ciertamente abrupto, cuando un empleado del hotel nosequé llegó para gentilmente mandarnos a la verga, por que afeabamos la belleza de la playa. Un poco mas repuestos caminamos a buscar una promesa hecha el día anterior por un chofer de la “Totis”, esa marca mexicana de chicharrones que usa a un conejo feo como mascota. Tomamos el transporte público para salir del puerto y nos instalamos en la gasolinería, donde conseguimos asearnos y refrescarnos considerablemente. El incauto de la “Totis” nos dejó plantados y haciendo de tripas corazón empezamos a caminar. Durante alguna parte del trayecto conseguimos movernos en lujosos microbuses “urbanos”, en otras no tuvimos mejor opción que caminar sin importar el sendero. Curvas, rocas que bordean la semidesierta cinta asfáltica, un río y desde el puente el cuadro de un grupo de señoras lavando la ropa de la familia mientras algunos escuincles juguetean lejos de sus madres. Avanzamos 2 o 3 pueblos, no lo sé, pero llegó el momento en que paramos en alguno de ellos, una parada de camión nos sirvió de refugio ante el despiadado sol tropical mientras veíamos con cierto gesto de súplica y envidia a un chiquillo que llevaba las tortillas recién hechas para acompañar el almuerzo familiar.

-“¿Pero que pinche necesidad? ahí voy de pendejo a seguir a estos weyes, ahorita estaría en mi casa viendo la pinche tele…” – mi dialogo interno se vió interrumpido por la voz de Luis que había conseguido un bolillo y un poco de agua con algún benevolente oriundo del lugar.

Ante la visión de nuestro trayecto por andar decidimos reanudar la marcha que a estas alturas tenía más tintes de manda religiosa que de desesperado intento por regresar a casa. Carretera de nuevo y el clima no colabora con nuestro humor que poco a poco se deja ver mas desgastado y fácilmente volátil. Esporádicos chistes de mis compinches me sacan de recriminaciones mentales que curiosamente y a pesar del cansancio, no me hacían sentir emocionalmente mal, de alguna forma era excitante el hecho de estar abandonados sin comida en medio de la carretera federal, bajo el azote de un sol inclemente, lejos de todo, en medio de la nada.

El cadáver de un murciélago, metros adelante el de una rata, pasando una curva una serpiente, un poco mas allá un sapo y un alacrán, a lo lejos una casa y para nuestra fortuna el clima empieza a nublarse y no tengo idea de la hora. Ante nuestra “glamorosa” apariencia, los residentes del lugar no tuvieron objeción en darnos un aventón a Xaltianguis y darnos un plátano a cada uno… lo que fuera.

Trepados en la caja de una camioneta, con el viento enfurecido golpeándonos, nos perdimos entre la sierra, los densos nubarrones se formaban a medida que avanzábamos, copando la punta de los cerros y regalándonos un espectáculo singular.

El sonido del motor de la camioneta se alejó a medida que se perdía en la distancia, mientras mirábamos con curiosidad a nuestro alrededor para decidir el siguiente paso. Ante la pertinaz llovizna que empezaba a caer sobre el pueblo caminamos un poco hasta hallar un paradero de autobuses. Como siempre, nuestro ingeniero social se encargó de conseguirnos transporte a la capital del estado: Chilpancingo.

Dos horas de sueño después llegamos a Chilpancingo, ya cuando la tarde empezaba a caer. Nos dedicamos a buscar algo para comer, lo que fuera. Una oferta engañosa de espiritiflaúticos jotdogs de media salchicha nos sirvió para amainar el hambre. Son las 8 de la noche del domingo y no tenemos forma de volver. No hay dinero, no hay quién nos de un aventón hasta el DF y estamos sudados, sucios y cansados después de un día entero de avanzar a aventones y maratones.

-¿Y si le hablo a mi papá? Yo creo que aquí si viene por nosotros.

Las miradas de todos se me fueron encima como cuestionando mi anuencia a tal medida.

-¿Yo que? ¿por qué me ven así? ¡Yo tambien quiero regresar!

Until the end of time In another life, Until the day I die, Just save it up for one more try, Save it for the next goodbye” Hecha la llamada sólo teníamos que esperar el arribo del padre de Luis ¿Cuánto tiempo podría ser? Con una cajetilla de cigarros y un refrescote de 2 litros aguantamos la espera afuera de la central de autobuses de Chilpancingo. De alguna manera, el viaje nos hermanó un poco mas, quien me conozca sabe que hasta antes de esa noche, no solía atreverme a nada.

A la una de la mañana llegó el padre de Luis, quien después de un discreto regaño se nos volvió a unir en la parte trasera de un Tsuru azul marino que en 4 horas nos regresó a Chilangolandia. Los prudentes tíos de Gustavo nos dejaron sobre periférico a las 5 de la mañana, Ariel Gustavo y yo emprendimos un regreso menos complicado y tortuoso a nuestra realidad cotidiana, finalmente cruzar la ciudad ya no representaba precisamente un reto.

Durante varios días, semanas diría yo, nuestra aventura se difundió como una leyenda, por lo menos en voz de aquellos que aún compartían con nosotros esas últimas tardes de fútbol y cerveza.

miércoles, agosto 04, 2010

Reflexión de un perro salado

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No todos los días tengo 14 años.

No todos los días tropiezo con piedras esperando solo el regaño de papá.

No todos los días reconozco que me debo a una tierra árida, desolada. Que mis tardes no eran aderezadas con sopa de fideos, pero eran mías. Mi dolor fue solo para mi, mis lagrimas, golpes, gritos, pasiones, secretos y risas. La pintura cubre y resguarda mis verdaderas debilidades, el pasado nos pasa una y otra vez, pero ¿lo ves pasar?

¿Lo sientes? Es tan tangible como el viento, te golpea y no lo ves, pero ahí esta.

No todos los días el sol de invierno me ve en el mismo lugar, mis deseos me desgarran la memoria, se parten y se vuelven un solo reflejo, el del individuo que siempre quiso irse, emigrar a la promesa de lo inexacto, donde solo el tiempo decidirá el final.

Soy de la tierra, soy de la sal que nacía debajo del sillón y aunque yo mismo me niego, a veces el pasado me reclama, me recrimina el vicio de la vuelta interminable. Ahí, donde nació el sol de invierno aprendí a ver, a soñar… a volar.

El golpeteo de la lluvia en las ventanas de mis anhelos es mas fuerte que la vejación de mi mundo, las pasiones se amontonan esperando desfilar en la pasarela de mis memorias, los que alguna vez vieron lo indeseable en mis ojos hoy lo desconocen.

El camino aun es largo, pero no siempre vuelves la vista atrás, no siempre hay tiempo para los recuerdos que pintan las paredes de tu realidad, no hay tiempo para que escuches los tímidos pasos de esos pequeños momentos que parecen ser tan monstruosamente imposibles.

Si, todos los días juego a pretender ser lo que entre horas de melancolía aspiraba a ser, todos los días juego a pertenecer al lugar donde mi s recuerdos del presente y del futuro se mezclaban en una estrambótica visión de mí mismo, a pesar de ello no todos los días tengo 14 años y el viento me recuerda que una parte de mí se forjó en la desolación de una tarde silenciosa, que una parte de mí es árida, como la sal.

El límite del fin del mundo. parte II




II

Ariel y yo aguardamos en la entrada del edificio, Gus subió a realizar su misión y en el aire se diluían las ideas que el alcohol había avivado. Con estruendo, Gustavo bajó corriendo las escaleras con cierto brillo de malicia en la mirada y detrás de él, su primo Luis. Como pedo atravesamos la calle y evadimos un par de perros para escabullirnos en la primera esquina bajo el cobijo de la sombra de una caja de trailer y así poder mear a gusto:

-¿Qué paso, wey? ¿por qué corremos?
- No mames, mi carnala, le dije que estabas en el hospital y necesitaba dinero para…
- Te pasas de verga, cabrón… ¿y tú, que pedo pinche Luis?
- Pus este wey me dijo que si iba… y pus fui.
- Y ahora ¿que pedo? ¿A Cuautla?
- Chido.

Ya mas tranquilos salimos a la avenida a tomar un taxi.

-al metro Xola por favor.

“One that´s born of memories, One more bruise you give to me, One more test just how much can I take”. Al ritmo de tonadas mentales a bordo de un vocho llegamos al metro Xola, pero gracias a las aptitudes sociales de viernes por la noche que domina Gustavo acabamos en Taxqueña por un módico precio, casi resignados a pasar la noche en un Vips a base de café y debates ociosos.

Con paso decidido caminamos hacia la entrada de la Terminal de Autobuses del Sur, de taquilla en taquilla buscando un lugar para ir a la tierra prometida. Unos minutos bastaron para que Gustavo nos presentara a un sujeto que estaba dispuesto a llevarnos a Acapulco a cambio de poder irse por autopista

-Tengo que ir a dejar un coche pero no me quiero ir por la libre, paguen lo de las casetas y estamos a mano.

Con calzador entramos en un Stratus Luis, Gustavo, Ariel y yo en la parte trasera, mientras que adelante iban el chofer y una pareja que se unió al viaje. La ilusión de la carretera me inundaba la cabeza de ideas y de cosas “You´re not the one, but you´re the only one, Who can make me feel like this, You´re not the one but you´re the only one, Who can make me feel like shit”, la luna alumbraba el sendero que dejábamos atrás mientras las barreras de contención pasaban fugaces frente a mis ojos y de tras ellas los gigantes milenarios en las penumbras vigilaban nuestro camino. Después de unas 2 horas nos detuvimos en el puente de Mezcala… Ya no había marcha atrás y la euforia etílica se había bajado del crucero desde hace mas de una hora. La incredulidad se dibujaba en nuestro rostro y nos dificultaba saber lo que hacíamos a ciencia cierta.

-¿Los Foo qué?

El trayecto restante lo mantuvimos en vigilia, y después de varias curvas, un par de casetas y muchas calles finalmente aparcamos en frente de un Gigante. El alba estaba por despuntar, mientras el murmullo de las olas nos despertaba del sueño nuboso, caminamos por la arena mientras el horizonte se pintaba naranja y nos impregnábamos de ese dulce olor a sal. Gustavo busco su prioridad, recuperar sus horas de sueño y se hizo un ovillo en la arena, mientras Ariel, Luis y yo caminábamos por la playa. En pocas horas amaneció y teníamos varias misiones por completar. Embriagados por las emociones buscamos un teléfono público para comunicar y aclarar nuestra ausencia en la capital. Reprimendas y reacciones de sorpresa no se hicieron esperar, después de eso buscamos lo elemental: comida.

-¡Los Foo Fighters!
-No sabía que te gustaran.

Unas enchiladas de aire fueron suficientes para disfrutar nuestra estancia mientras pensábamos en cómo regresar al tristito federal. Gracias a mi infalible sentido de la ubicación y de mi casi perfecto conocimiento de las calles de Acapulco acabamos enfrente de la playa angosta luego de caminar durante 3 horas cuando pudimos llegar ahí en 20 minutos. La visión de la inmensidad del mar, la brisa, el brillo del sol sobre las olas que rompían en las rocas me dio la sensación de que lo que había pasado y lo que estaba por venir valía la pena por ese momento. Ahí, en el limite del fin del mundo.

La tarde empezó a caer y el hambre a apretar, así que buscamos la forma mas económica de comer, a medias. Ya con cierto cansancio nos embarcamos a la búsqueda de la forma de regresar a casa, y después de 3 horas de estar buscando transporte en una gasolinera a la salida de Acapulco decidimos que lo mejor sería buscar donde dormir y esperar a que amaneciera. Resignados caminamos por la costera hasta que debajo de una palapa hicimos un hueco en la arena y a disfrutar la última noche acapulqueña.

miércoles, julio 28, 2010

El límite del fin del mundo. parte I


El hecho de saber que estas haciendo una estupidez, no implica que la dejes de hacer...

I

El sol de invierno poco a poco dejaba de iluminar la tarde mientras varios sujetos y yo degustábamos un par de caguamas heladas para mitigar el cansancio de varias cascaritas de fut. Curiosamente esa era una escena ya muy poco frecuente por esos años, cuando nuestros destinos empezaban a divergir.
Justo en el ocaso de aquel día llegó Gustavo, como caído del cielo para darle sentido a nuestro viernes de fin de año, doblando por la esquina dejando ver su inconfundible silueta al son de "¿Qué pedo, ya se va a armar?"

No tardamos mucho, un hora a lo sumo para quitarnos aquella nubosidad mental provocada por las 4 coronas que ya reposaban en la sangre, para volvernos a reunir debajo de la palmera y el farol, aquel típico farol.
El ambiente aburrido y anaranjado de la casa de Hugo resultó mas aletargante que la propia cerveza, que de tan tibia, nos amargaba mas que el gusto, el humor. Una sugerencia flotó en el aire como una bocanada de humo inunda el espacio:

-Vámonos a Garíbas.

Y con un "Sí" generalizado fuimos saliendo a la penumbra de la calle, solo para que poco a poco empezara a diluirse la idea. Al cabo de 15 minutos solo 4 de nosotros nos mantuvimos en pie de guerra emprendiendo el camino al safari nocturno.

Antes de abordar nuestro decadente transporte público, Jasset se bajó de la aventura, la figura paterna siempre se impone. Decididos a mantener nuestras neuronas ahogadas en alcohol y continuar nuestro camino Ariel, Gustavo y yo. Finalmente llegamos, después de 15 minutos en microbús y 17 estaciones del metro nos apeamos en la terminal para emerger a las entrañas del monstruo citadino. Buscamos nuestro clásico quiosco y entre música de mariachi, niños jugando a la pelota, indigentes y una peste a miados nos instalamos y degustamos un finísimo Reyes mezclado con el muy clásico refresco de cola. Una, dos tres, cuatro “cubetas” por cabeza hacían que la velada transcurriera relajada y tranquila, augurándose un final sin vicisitudes poco comunes, pero nuestro pésimo cálculo de la cantidad de cola necesaria para matar una botella de ron falló rotundamente, por lo que decidimos ejecutar la botella con un Jarrito de tamarindo de medio litro. Y valió madres. Cual espuma de cerveza agitada, el alcohol se nos fue a la cabeza a exceso de velocidad, deperrente el caminar se volvió inestable y dando tumbos llegamos a la entrada del metro so pretexto de ir al departamento de Gustavo a conseguir feria para las putas.

Las puertas del vagón se abrieron para dar paso a nuestro andar sinuoso en medio de aquél anden semivacío. La sensación de que cualquier cosa era posible nos inundaba las neuronas e impulsaba nuestros vacilantes pasos a través de un túnel donde transitaban los zombies nocturnos del defectuoso, de la ciudad de cagadas. De reojo ví un teléfono público, voltee al frente y como si tuvieran vida propia, las palabras brotaron al vacío:

-¿Nos lanzamos a Cuautla?

Esperaba un automático y veloz “¡No!” a cambio de eso, un brillo raro en los ojos de mis acompañantes me hizo saber que sí, cualquier cosa era posible. Emprendimos una carrera loca a la entrada de la TAPO, buscando afanosamente un transporte para llegar a esa provincia que inexplicablemente se me había metido a la cabeza. Para nuestra fortuna ya no había salidas a dicha provincia a esas horas de la noche.

Sólo Gustavo entró en razón: “¿Y si vamos a Taxqueña? Vamos pimero a mi casa para sacar feria”. “Everyone makes one mistake, One more time for old times sake, One more time before the feeling fades

-¿Te sabes esa rola?

-Nel, no me suena…

El vaivén de las luces nocturnas alentaba la incertidumbre del futuro a 10 cuadras. Mientras el microbús avanzaba, algo me decía que la noche acabaría muriendo en la azotea del aquel edificio azul.

miércoles, junio 02, 2010

La selección Méxicana es como el pan bimbo hechado a perder, verde, blanda y sin güevos.

Este Mundial lo ganaremos a base de HUEVOS...
y de jamon, lechuga y jitomate, y claro, con su delicioso pan sin huevos bimbo, por que para hacer sangüis, sólo la Selección.
¡Vamos Muchaches!

miércoles, mayo 26, 2010

El mundial de las corporaciones... ¡¡¡Goooooooool de popsi!!!

¡¡Ahí viene el Mundial!! ¡64 partidos llenos de emoción! ¡un mes para atarragarse de botanas, chelas¡ !el mejor pretexto para adquirir esa pantalla de plasma de 54 pulgadas full HD (o ful heich di), para sacar el pecho enchido con los colores nacionales, para defender la patria en el terreno de juego! ¡aficionados que viven, la intensidad del futbool!

Si, soy pambolero y en teoria debería dejarme llevar por la euforia mundialista, ese evento que permite que cada 4 años las grandes corporaciones ataquen despiadadamente a la población de sus respectivos países (participen o no en el mundial de futbol) con agresivas campañas que nos ofrecen todo para "disfrutar" el mundial. Desde unos inocentes cacahuates hasta espectaculares televisiones para ver el maximo evento futbolistico del orbe "como si estuvieras ahí".

¿No es cagante la cantidad de publicidad que se arma en torno a este evento? ¿no es exagerado el ruido de las marcas que nos gritan, nos exigen que hagamos sandwich (además de otras pendejadas) durante este mundial? Como si fuera poca cosa la exesiva exposición mediática de estas marcas a lo largo de 365 dias, en estas fechas multiplican sus esfuerzos para llenarnos la cabeza de pendejadas y engrosar así sus arcas, a costa de nuestras nececidades primarias... Perdón, dije ¿necesidades?
Si.
lo dije.
Para un pueblo frustrado, sediento de triunfos (aunque sean ficticios y prefabricados) la emoción que otorga el mundial de futbol se ha vuelto una necesidad (ojo, no digo que todos, pero no se puede negar que aunque a muchos no les guste el futbol, la mayoria se emociona con el mundial por que el tri, el equipo de todos sale a la cancha... claro, aquí se apela al patrioterismo, por que si de ser patriotas se trata, creo que hay cosas mas importantes por las cuales preocuparse (patriotismo vs patrioterismo)) para muchos que buscamos un escape de la realidad tan implacable de una sociedad en decadencia declarada y el hecho de ver golear a la selección es un motivo de festejo, un sentimiento de esperanza de que en algo podemos sobresalir... ¿Sobresalir con 23 divas exiguiendo ser tratadas como princesas con el pretexto de estar bien preparados y concentrados para dar una gran exibición de futbol y quedarse en el clásico "jugar como nunca y perder como siempre"? ¿¿eso es sobre salir?? Apuesto a que si ponemos a 11 chavos de barrio que sepan mover el balón seríamos potencia mundial, pero en México el talento no sirve, lo que sirve son las palancas y el DINERO.
Pero eso es otro pedo. A lo que nos truje, chenchas.

Las marcas, esas inocentes palomitas de dios preocupadas por el bienestar social, por la vida sana y la moral, son capaces de todo con tal de que sigamos consumiendo: alimentate con un sandwich elaborado con pan blanco (mismo que en proceso de blaqueado pierde muchos de sus atributos, adicionado con vitaminas artificiales que sirven solo para pantallar pendejos), jamón de primera calidad (procesado del sobrante de carne putrefacta de animales en cautiverio, adicionada con químicos cancerígenos que realzan el color y el sabor) y serás como los seleccionados, como esos deportistas de alto rendimiento... ¿¿Acaso crees que Memito Ochoa come esa madre?? ¡¡Claro que no!! A esas vedettes los atienden chefs y nutriologos que lo primero que hacen es prohibirles consumir mierdas fabricadas por bimbo, sabritas, pepsi, coca cola, ricolino... productos de marcas que lejos de preocuparse por el "bienestar" de sus consumidores, utilzan químicos para crear adicciones, para resaltar sabores y apariencias y que son cancerígenos. Estos químicos están prohibidos en muchos países del mundo... menos en México. Por ejemplo el chocolate, que desde hace mucho dejo de serlo, ahora es una mezcla asquerosa de componentes quimicos saborizados que contienen un minimo porcentaje de cocoa y un alto porcentaje de grasa, pero sin embargo ¡qué rico pastelito cubierto de chocolate, relleno de mermelada de fresa y crema, mucha cremita!

Cerverzas, cigarros, refrescos, pizzas, papitas, chicharrones, hamburguesas, gomitas, pastelitos, chocolatitos, palomitas... productos que bajo el el sello de "calidad" de su marca nos hacen más agradables los 90 minutos que dura un partido de futbol (o el recreo o la cobremesa, o el rato de ocio...), no hacen si no degradar nuestro sistema gástrico reduciendolo literalmente a mierda, sin duda, una vivencia inolvidable; sin contar la exclusiva experiencia de ver un juego en una súper pantalla plana con un sistema de audio digital de 5.1 canales distribuidos al rededor de tu sala para crear un espectacular ambiente como si estuvieras en el estadio... una ilusión. Una ilusión que con el simple hecho de estar anunciada en un centro comercial hace que miles de mexicanos se desfalquen por tener esa experiencia exclusiva y ver todos los partidos en exclusiva. ¿La finalidad? sólo querer ser "diferente", restregarle a su vesino el hecho de que ellos sí tienen tecnología de punta para ver y dusfrutar el mundial, así se queden sin un centavo ¡Todo sea por vivir el mundial!

No digo que no veamos el mundial, finalmente es un evento de interés general; pero ¿para disfrutarlo es necesario consumir tanta pendejada? Se trata de pasar un rato agradable en compañia de los cuates, de la novia y ya. No es una guerra de la que depende la maltrecha soberania nacional, ni una competencia por ver quien disfruta el mundial mas chingonamente.

No, no pienso hacer sandwich; ese, que se lo metan por el culo al osito bimbo.

lunes, marzo 29, 2010

Renaut o no Renaut... he ahí mis datos, pa que los tomen!

Es 9 de abril... 2010, son las once de la noche con cuarenta y nueve minutos y treintaiseis segundos, en poco mas de díez minutos mi línea celular dejará de funcionar, miles de mensajes dirigidos a mi humanidad dejarán de llegar hasta mi pantallita a color de 8 bits, cientos de llamadas no encontraran respuesta en mi ronca voz y entonces... que haré? incomuncado del mundo, todo por ser un mexicano irresponsable, un mexicano mediocre que decidió dejar hasta el último minuto el registro de mi celular ante la "renaut", que dicho sea de paso me suena a marca francesa de automóviles...

¿"Y por que no hacerlo"? grita desde el fondo una tímida e inocente vocecilla parecida a la de pitufo bromista (jajaja papá pitufo! te tengo una sorpresita!) "por qué no registras tu celular, así sigues tan tranquilo como siempre, gozando de tu línea celular, de tu vida social y así te conviertes en un mexicano ejemplar, en parte de ese 57 porciento de usuarios que les aterra no tener el celular funcionando, pues muchos de ellos sin su celular, no son nada."

"¿Y por que no?"

"Que de malo me puede pasar en el país de "no pasa nada"? por que en este bicentenario país no pasa nada, no hay mas de 2000 muertos en lo que va del año, no se quemó una guarderia subrogada del IMSS, no hay una guerra contra una ridícula minoria minuscula narcotrafíca, no se cobran cuotas injustas por tener coche, los gobernantes cumplen lo que prometen y no tienen NADA que ver con el narco o el crimen organizado...

Entonces mi poco ilustre naco intolerante... ¿por qué desconfías? está en tu sangre, o nada mas te haces el interesante...?"

Luego de esta acalorada tertulia con mi pitufo imaginario, decidí que sería buen momento de cambiar, de ya no ser el pesimista profesional que anda tirando mierda a diestra y siniestra como si no hubiera formado parte hace casi 4 años del fraude llamado "elecciones presidenciales", de dejar de ser el naquito intolerante que se la pasa despotricando contra felipe Pipo calderon.
Por lo que he decidido creer en México y creer en este programa cuyo nombre me remonta mas a la marca de cochecitos franceces (Renaut), para darme cuenta de que ésta medida de registro es tan clara y segura que no puede fallar, no hay forma de que un plan tan bien trazado falle en este maravilloso país! ahora sí! se acabó la delincuencia! ya no hay mas secuestros ni extorciones telefónicas... es mas, casi casi siento que ahora si ganamos el mundial!! Es tan claro el mendigo programa de registro de los celulares... primero todos como buenos mexicanos registramos nuestros datos (nombre, edad, entidad de recidencia etc...) para que el gobierno tenga una bien consolidada base de datos, después... y después... que sigue despues? ni mi pitufo bromista ni yo lo sabemos... es un... misterio.

Lo que sigue es el registro de huellas dactilares, para corroborar que los datos sean verídicos, pero después de eso, que? va a ser mas fácil identificarme cuando me hayan secuestrado y dejado descabezado en la carretera México - Acapulco en un lindo día soleado gracias a que los delincuentes tomaron mis datos de la base de datos del gobierno federal?? o no es un programa más destinado al fracaso, gracias a la brillante idea de hacerlo fundamentado en la nada...

Lo unico claro aquí son los intereses de las compañias telefónicas en no perder a mas del 40 % de sus usuarios si el registro cierra como estaba establecido el próximo 10 de abril (quiero ver al señor Slim tan tranquilito cuando le digan que ahora nada mas medio México es territorio telcel)... y entre el jaleo de los dueños para prorrogar un año el periodo de registro y el de las autoridades de cerrar ya dicho periodo para empezar a lucrar con los datos proporcionados tan pendejamente por la población, mi duda se eleva como una pequeñísima duda entre tantas otras... ¿Vale la pena arriesgar a tu familia a un eventual secuestro con tal de seguir teniendo el beneficio que otorga un celular?

Entre si son peras o manzanas, tendré que aprender a hacer señales de humo... !!!Celebremos el bicentenario del nuestra dependencia!!!

lunes, febrero 22, 2010

El Obezombie ataca de nuevo!!


Hace ya casi un año que dejé de escribir y evidentemente nadie lo extrañó, pero me vale. He aquí una reflexion de por qué los tiempos pasados fueron mejores... dizque.

No es un tratado retro-nostálgico de los tiempos que son historia, pues estancarse en el pasado (cosa que me pasa muuuy seguido) es tan sano como chingarse unas quezas (goooooooool!!!) con una coca cola (golazoooo!!!) y unas relledonas como postre (goles por la alimentación). Pero tampoco es muy sano perder la memoria histórica, tanto universal como personal, pero ese, es otro pedo.

En los últimos meses me he dado cuenta de que una epoca pasada puede llegar a ser mas esplendorosa de lo que en realidad fué gracias a nuestra tendencia a endiosar lo que nos gusta. En el recuerdo, ciertas situaciones cobran más valor conforme pasa el tiempo y las vamos enalteciendo bajo la leyenda "aquellos viejos tiempos", esa pinche frasecita automáticamente nos refiere a que esos viejos tiempos fueron mejores. Y la percepción general es esa, por que en ese tiempo pasado vivimos un esplendor, que algun dia se borrará con el arrivo de otro nuevo esplendor, y así sucesivamente. Lo malo del asunto es cuando ese viejo tiempo pasado nos jode el presente, pues nuestras espectativas de lo que queremos en la actualidad estan condicionadas en función de lo que vivimos... no puedo pretender que un viaje a Acapulco que quiero realizar en 2 semanas sea igual al que realicé hace 13 años con mi familia, en principio por que no soy el mismo, yo cambio, el tiempo cambia, todos cambiamos (cátedra de como conjugar el verbo cambiar), y ese simple hecho puede hacer que las espectativas de algo sean muy elevadas en realación con lo que en realidad nos espera. Si, ya se que esto es una mamada filosófica que les viene valiendo un reverendo pepino, pero por mi situación (que algunos conocen), es la mejor forma de darme cuenta que no puedo forzar al pasado a que haga mas emocionante mi vida.