viernes, agosto 01, 2008

El último tren


Hora ando de huevas, asi que me daré tiempo de sentirme escritorsoide (¿?) ahí les va esto de mi corrompida inspiración:

“ E l ú l t i m o t r e n ”

11:37 p.m. Un anden vacío. Una calle vacía. Un vagón vacío. Un corazón vacío.
He descargado la furia una y mil veces y aprender no es lo que esperaba.

Abordo el último tren. El de la vida, el que abre los ojos del ciego orgullo. El orgullo que lastima, que escupe, que mata. Mata y explota, con todo, contra todo; contra el bien, el mal, el pasado, las sociedades, las verdades.

Mi propio orgullo me flagela, me doblega. Me obligo a obedecer al odio, injusto, frío, descarnado, ¿Dónde esta ese mundo rosa? ¿Dónde esta ese jardín de flores? ¿Dónde esta papá? ¿Y mamá?

Abordo el último tren y abro los ojos. Vacío. Un engaño. Son las doce y el niño no está. No, ya no está. Quiso ser mayor, creyó ser mayor… ¿Dónde está ese ser mayor? -¿Te das cuenta? El suicidio no era la salida; matar tampoco lo era. Orgullo mío, odiosamente mío. Nada has ganado, nada; todo lo has perdido, -no, aún no. No puedo perder así.

-Lo siento, el vuelo fue muy alto y una lágrima de luto cae, y aun así siempre existirá.

Ya pasan de las doce… es hora de tomar las riendas, de empezar el viaje; de entender lo que es y lo que no es. Es hora de abordar el último tren.

1 comentario:

Anónimo dijo...

bla bla bla